1.– Aumento de Emergencia. Atento a la escalada inflacionaria que vive nuestro país es imperiosos un aumento de emergencia a los haberes mínimos y a todas las escalas de por lo menos un 30 %.
Este monto no es capricho sino que viene en consonancia con la brutal pérdida del poder adquisitivo de las jubilaciones y pensiones durante los últimos años.
Ahora bien, durante el año en curso las jubilaciones aumentaron un 12.28% en marzo y en junio un 15%, sin embargo, la inflación de este periodo ronda arriba del 37 %, y la canasta básica del adulto mayor tuvo un aumento interanual de un 51,8 % ascendiendo a $97.238, cuando la jubilación mínima, a partir de junio, es de $ 37.524. Como podrá apreciarse el deterioro de la capacidad de consumo de los jubilados y pensionados es significativo, tornándose en un haber indigno.
Entendemos que esto se da por una multiplicidad de factores, internos como factores externos, entre ellos la enorme deuda contraída y acordada con el FMI.
2.- Clausula “Gatillo” ante la inflación. Una vez alcanzado el mínimo jubilatorio pretendido, se debe avanzar estableciendo índices de movilidad que garanticen la vinculación directa entre haberes y salarios de activos (conf. Principios, Proporcionalidad, Sustitución y Solidaridad Intergeneracional), añadiendo una cláusula gatillo que contemple la tasa de inflación para los supuestos en que la fórmula legal de actualización deje a los haberes atrasados.
Se trata, por un lado, de asegurar que no pierdan el valor adquisitivo las prestaciones y, por el otro, garantizar a través de la suba de los salarios una mejora sostenida en el nivel de vida de los trabajadores jubilados.
- Nueva Ley de Moratorias. Ante el vencimiento de la ley de moratorias el 23/07/22, ES URGENTE la sanción de una nueva ley que permita a los y las trabajadoras de nuestra nación, en edad jubilatoria, a regularizar los años faltantes en concepto de aportes, sin limitaciones temporales, sin distinción de género, con el único objeto de garantizar el acceso al derecho a una jubilación para el desarrollo de una adultez digna (Art. 14 Bis 3 párrafo CN).
Una política pública de inclusión previsional, permitirá mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, promoverá el consumo y generará movimiento en el mundo de trabajo.
Especialmente, remediará a nuestras Mujeres Trabajadoras, quienes no perciben salario a cambio de la labor -invariable, inagotable y dura- de organizar y desarrollar las tareas del hogar, del cuidado de los hijos y la familia.
Para ello vemos indispensable:
- Un aumento de emergencia, del 30% como mínimo, hasta lograr elevar el haber mínimo jubilatorio, a la suma de equivalente al costo total de la canasta básica de una persona mayor ($ 97.238).
- Recomponer toda la pirámide previsional.
- Sancionar una clausula “Gatillo” para no perder con la inflación.
- URGENTE sanción de una Nueva Ley de Moratorias.