El encuentro “La justicia que queremos: por la renuncia de la Corte Suprema, por el fin del lawfare, por la democratización de la justicia”, que se enmarca en la continuidad de las multitudinarias movilizaciones del 1 de febrero que se realizaron en la Ciudad de Buenos Aires y en diferentes provincias, tuvo cita en el Centro Vecinal “20 de febrero” de la capital salteña.
Al panel integrado habitualmente por el juez Juan María Ramos Padilla, el dirigente social Luis D’Elía, y el titular de ATE Nacional y Adjunto de la CTA Autónoma, Hugo “Cachorro” Godoy, se le sumó la secretaria de DDHH de la CTAA Salta, Blanca Lezcano.
“Estamos recorriendo el país, invitados por un conjunto de organizaciones de diferentes provincias, en nombre de la CTA Autónoma y de la FTV, y convocados por Ramos Padilla, asumiendo el compromiso de impulsar a la unidad del movimiento popular en torno de las banderas fundamentales que creemos necesarias para el futuro de la nación y para la mejora de las condiciones de vida de nuestro pueblo”, destacó “Cachorro” Godoy.
A su vez, el dirigente señaló: “Estamos ante una justicia encabezada por una Corte Suprema de cuatro personas que se eligen entre sí y nunca fueron elegidos por el voto popular, los mismos que limitaron el derecho a huelga, los que miraron para otro lado cuando Macri y sus cómplices firmaron una deuda fraudulenta, los que persiguieron a los luchadores populares, sociales y políticos, y los que justificaron el encarcelamiento de Milagro Sala”.
Por su parte, Luis D’Elía destacó la iniciativa de Ramos Padilla: “Tuvo la extraordinaria valentía de pararse ante la corporación judicial apoyado en 40 años de trabajo como juez y decirles que había llegado el final, que no podíamos seguir teniendo una Corte Suprema al servicio de Macri, Clarín y la embajada de EE.UU. No podíamos seguir así. Lo que hace Ramos Padilla es francamente revolucionario, porque con su conducta ética y política, está cuestionando el modelo de la oligarquía y del imperio”.
“Me aparté del Poder Judicial porque nunca pude aceptar cómo se podía juzgar a un pibe por fumar un porro mientras un genocida camina libre por las calles”, relató Ramos Padilla al iniciar su discurso ante la multitud presente.
Para concluir, el juez expresó: “Muchas veces se me acercaban para decirme que es la primera vez que veían a un juez. Ahí vemos qué lejos que está la justicia de la gente. ¿Qué clase de democracia es esa?”.