A las 10 de la mañana comenzamos a llegar, con abrazos que marcaban la presencia de Hilda Fredes, militante, organizadora, mujer trabajadora que nos marcó un camino de unidad y que, en esta CTAA que crece, el Encuentro Regional llevó su nombre.
Se partió de la premisa de la UNIDAD, la única posibilidad de potenciar cada organización y, de esa manera, potenciar nuestra Central con la capacidad de transformación que nos impulsa hacia la construcción de un nuevo país. Sabemos que somos la diferencia para crear lo nuevo, construyendo poder con mirada transfeminista que deja ver que SI NO ES CON NOSOTRAS Y NOSOTRES, NO ES.
Para crear esa agenda de derechos de mujeres y disidencias nos acuerpamos en la ciudad de Trelew desde diferentes puntos de la Provincia preguntándonos ¿la deuda es con nosotras y nosotres? La respuesta fue unánime, SÍ.
En grupos de debate se pudo ver la necesidad de abordar esas situaciones que nos invisibilizan y que también normalizan las prácticas patriarcales de opresión y violencia cotidiana.
Fue así que se habló de la violencia laboral, la precarización y cómo está culturalizada y normalizada; la falta de cumplimiento del cupo laboral travesti-trans; los roles que identifican las violencias más allá del sexo; la violencia habitanional; la violencia que prodigan propietarixs hacia inquilines; la falta de perspectiva de género en la justicia, tanto hacia adentro como hacia la población; el empobrecimiento y la ausencia del Estado en el sistema de cuidados.
También la necesidad de deconstruir el patriarcado en la presentación en concursos y en las carreras laborales, donde no se reconoce la profesionalización de las compañeras y les compañeres, mostrando la desidia hacia el trabajo que hacemos.
Siendo que en el Estado se caracterizan los trabajos feminizados, se vio la importancia de generar equipos integrados con todas las identidades y, ante las cada vez más frecuentes denuncias por violencia, la necesidad de que haya sumariantes con perspectiva de género, la capacitación permanente en Ley Micaela y la revisión de la Ley Provincial X N° 60.
Entre los temas planteados se visualizó la necesidad de reconocer a la tercera edad, la contención a las niñeces, juventudes y a las personas con otras capacidades; el maltrato laboral y estudiantil; la persecución en todos los ámbitos; el despojo de los territorios y la importancia de las recuperaciones de las comunidades; la desidia hacia la población travesti-trans.
Fue así que se concluyó con la certeza de que LA DEUDA ES CON NOSOTRAS Y NOSOTRES, porque este Estado opresor se fundó sobre el genocidio indígena y, reconociendo esto, se hace imprescindible hacernos cargo de la colonialidad y el racismo que nos atraviesa. Esa es la posibilidad que nos da el feminismo popular, de replantearnos desde adentro, rever esas angustias que llevamos metidas en nuestro cuerpo para transformarlas, construyendo poder real, la fuerza que hace que enfrentemos en primera línea a aquellas violencias que nos atraviesan de diferentes modos. Así lo hicimos contra la megaminería, contra la deuda externa, por salarios dignos y así seguiremos.
CONCLUSIONES
El debate para abordar la agenda que nos proponemos generó el compromiso de las/les presentes en un camino de escucha y diálogo permanente. Un camino con mirada plural que nos incentive a generar estrategias políticas que nos permitan avanzar, sin ser sumisas, sin ser calladas, hacia una vida que merezca ser vivida, construyendo feminismo, poder popular y compañeras y compañeres dirigentes.
Para ello debemos construir nuestro propio poder, sin competir, despojándonos del poder patriarcal a quien le entregamos una de nosotras por día. Sabemos que esto no arranca hoy, que hubieron muchas y muches antes que nosotras/es, como Hilda Fredes. Por eso valoramos, admiramos y nos protegemos, unidas y unides, reclamando y luchando día a día, sin miedo, con la seguridad de no estar solas.
Es así que, desde las estrategias políticas que decidimos encarar, acordamos trabajar sobre: protocolos de actuación para abordar y erradicar las violencias en los lugares de trabajo; el cupo laboral travesti-trans; incorporar la perspectiva de género en los Convenios Colectivos de Trabajo.
Una mirada plural que permita, en estos tiempos difíciles que nos toca afrontar, vislumbrar una salida posible. Esa salida es con las mujeres y diversidades sindicalizadas organizadas. Porque en el abrazo está la revolución.