La iniciativa, que ya tenía media sanción del Senado, fue aprobada en la cámara baja por 170 a favor y 3 en contra. De este modo, al entrar en vigor esta ley, más de 3,2 millones de jubilados y pensionados (de un total de 7,3 millones de pasivos del sistema previsional) no deben presentar su fe de vida. Para este fin, el Estado establecerá acuerdos con entidades bancarias públicas y privadas.
La ley establece que «en ningún caso podrán requerirse trámites adicionales a cargo del beneficiario y/o apoderado de la prestación» jubilatoria «más allá de las verificaciones realizadas al momento del cobro presencial que eventualmente se realice».
«Esta conquista, que no es otra cosa que dar cumplimiento al reclamo que los jubilados y las jubiladas de todo el país veníamos haciendo desde hace mucho tiempo y termina con la discriminación que se ha sufrido por ser adultos mayores.», afirmó la dirigenta de la CTA Olivia Ruiz, Secretaria de Previsión Social de la CTA.
«La ‘fe de vida’, un requisito absurdo después de tantos años de trabajo, de haber aportado y construido en nuestro país, era violento y discriminatorio para la clase trabajadora. Todas esas personas que tenían que ir cada cierto tiempo a demostrar que estaban vivos cuando se podía cruzar un padrón y encontrar las personas fallecidas o hacer uso de dispositivos tecnológicos. Aunque persisten otras dificultades, hoy celebramos este logro y esperamos que se reglamente muy pronto.», concluyó Ruiz.
La ANSES informó que para el cobro de haberes los bancos constatarán que los beneficiarios sigan con vida con distintas modalidades como el uso de tarjeta de débito o crédito asociada a la cuenta bancaria, poner la huella digital en los tótems en las entidades bancarias, acceso a una terminal de autoconsulta biométrica de ANSES o mediante las aplicaciones móviles de los bancos, entre otras.