Desde la Central reiteramos la exigencia de suspensión de pagos y una investigación a las y los responsables de una deuda que se tomó a espaldas del pueblo. Asimismo Adherimos al pronunciamiento que reproducimos a continuación:
Primero lo Primero: ¡Ni UN Dólar más al FMI!
Entre el 28 de enero y el 1 de febrero, el FMI espera cobrar de Argentina, algo más de mil millones de dólares de capital e intereses sobre el acuerdo que hizo con el gobierno de Macri. En 2021 ya cobró 6.000 millones y para el resto de este año, aguarda cobrar todavía 18.000 millones de dólares más. ¡El doble del presupuesto nacional en salud y promoción social! No lo podemos permitir.
Llamamos a NO PAGAR estos “vencimientos”. NI UN DÓLAR MÁS debe sustraerse de las necesidades del pueblo argentino para pagar lo que ni siquiera es una deuda nuestra.
Innumerables organizaciones sociales y populares, referentes intelectuales, de la cultura y de la política argentina, el Juicio Popular a la Deuda y al FMI, vienen sosteniendo que el acuerdo FMI-Macri es una estafa. Incluso hasta el propio gobierno nacional, las auditorías internas del Fondo y destacados estudios internacionales reconocen que éste incumplió tanto con sus objetivos proclamados, como con las instancias y procedimientos que puedan sostener su legitimidad y su validez legal.
No se trata por tanto de un “préstamo” que genera una “deuda”; esos términos quedan invalidados por los vicios insanables ampliamente denunciados. Se trata en cambio de una estafa internacional, impuesta a los pueblos de la nación por sus autores -el Gobierno argentino presidido por Mauricio Macri y el Fondo Monetario Internacional bajo la responsabilidad ejecutiva de Christine Lagarde y el directorio-, de modo culposamente concurrente y/o constituyendo una asociación ilícita dolosa.
O sea, no solo resulta fácticamente imposible pagar en los términos exigidos -no hay ni habrá esa cantidad de dólares disponible en las reservas del Banco Central-, sino que no debe ser reconocida ni menos aún pagada como una deuda del pueblo argentino. Menos aún si es a costa de ajustar y de profundizar el extractivismo para obtener esos dólares.
Esta afirmación ya no requiere ser remanidamente repetida, sino que debe dar lugar a conductas concretas y coherentes. Cuando el falso prestamista se presenta a cobrar su factura, mueren las palabras y llega el momento de la verdad. Pagar implica convalidar la estafa y la impunidad malversando el patrimonio del pueblo y concediendo al FMI potestad para imponer cada vez más ajustes y condiciones. Pero hay alternativa: NO pagar la estafa.
Entonces… PRIMERO ES LO PRIMERO: NO PAGAR UN SOLO DÓLAR MÁS AL FMI, empezando con los pagos proyectados del 28/1 y el 1/2. ¡NO ES NO! La deuda es con los pueblos y la naturaleza.
Suspender los pagos de inmediato, y cualquier renegociación de los mismos, investigar los delitos cometidos y sancionar a los responsables, permite recuperar soberanía y empezar a reordenar la economía en función de las necesidades y derechos de los pueblos y de la naturaleza, lejos del ajuste, del saqueo extractivista y de la precarización laboral y jubilatoria exigidas por el Fondo.
¿Qué pasará si no se paga? Todos los intereses y medios PRO-pago están a full con su campaña apocalíptica de que «nos caeremos del mundo…». La historia señala que no es así. Suspender los pagos cómo ya se hizo en 2001, sobre la base de una gran presión del pueblo en las calles, es lo que permitió una mayor distribución del PBI y cierta reactivación económica, con el alivio relativo del bolsillo popular. Una decisión soberana de no pagar lo que no se debe puede garantizarse con una fuerte intervención popular, incluso ante la Asamblea General de la ONU o la Corte Internacional de Justicia, y una alianza de pueblos y países que somos los verdaderos acreedores.
Llamamos al presidente y a su gabinete, a lxs legisladores nacionales y al poder judicial, a que cumplan con su deber y no se omitan de este proceso de cuyos resultados son y serán responsables. El poder judicial debe anular el acuerdo de 2018, sobre la base de las denuncias ya presentadas, y el Congreso debe actuar en consecuencia con su propia investigación. La política exterior de la nación debe ordenarse de acuerdo a la urgencia de avanzar en este sentido, defendiendo nuestros derechos y soberanía.
Convocamos asimismo a expresarse y a movilizarse a toda la ciudadanía; a los movimientos y organizaciones sociales y populares, sindicales, feministas, ambientales, culturales, políticas, religiosas, académicas, etc; a las legislaturas provinciales y concejos municipales. Nuestra unidad en la acción será la clave de nuestro avance.
¡FUERA EL FMI! ¡LAS ESTAFAS NO SE PAGAN!
¡NO PAGAR ESTE PRÓXIMO NI NINGÚN FALSO “VENCIMIENTO”! ¡NO ES NO!