La periodista de 44 años venía denunciando mala praxis en el hospital local, así como en el poder político y policial. En las últimas semanas había recibido amenazas por sus investigaciones.
Desde la CTA acompañamos a su familia y exigimos que se esclarezca el caso a la vez que reclamamos que se garanticen las condiciones para que los y las trabajadoras de prensa puedan hacer su trabajo sin que estén en riesgo sus vidas.
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