El 5 de abril del 2020 en la Comisaria de Santa Rosa del Conlara en el norte de San Luis, Florencia Magali Morales fue encerrada por razones aún no esclarecidas. Unas horas después Magalí apareció muerta en el calabozo.
En un comienzo el poder Judicial y ejecutivo de San Luis sostenían que había sido un “suicidio”. Junto con esto, llevaron adelante un largo proceso de encubrimiento y de estigmatización de Magalí tanto a nivel judicial como mediático.
Las irregularidades de la investigación son tantas que se hizo parte en el expediente la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Las nuevas pericias que se dieron a conocer el 28 de septiembre pasado, dan la razón a la familia de Magali y a las organizaciones que aseguramos que NO FUE SUICIDIO, sino que fue víctima del abuso policial, agravado por todas las maniobras de encubrimiento, manipulación de pruebas, dilación de la investigación y difamación de la víctima.
Ahora con las pruebas que desechan la hipótesis del suicidio, defensores de la policía siguen usando la estrategia de re-victimizar a la víctima como forma de ocultar el feminicidio que cometieron.
Sabemos que si la causa no se detuvo es por la firmeza de la familia de Magalí de que se haga justicia y de las organizaciones feministas que no han dejado de marcar a la policía como responsables.
Desde la CTAA regional Norte nos sumamos al pedido de justicia y castigo a los policías culpables y encubridores. Hemos estado siguiendo los hechos, participando en las movilizaciones y hasta se realizó una conferencia de prensa junta a la familia y abogados, en el local de nuestra Central, en la localidad vecina de Merlo.
Exigimos que se condene a los culpables que estuvieron ese día en la comisaría, lxs efectivxs Reynaldo Heraldo Clavero, Marcos Dionisio Ontiveros, María Eugenia Argüello, y Johana Paola Torres.
Más que nunca sostenemos con firmeza ¡A MAGALÍ MORALES LA MATO LA POLICIA!