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FeNaT: Pedacitos de sueños y esperanzas que se van juntando

por Leonor Cruz

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Este sábado 15 de abril se llevó cabo Segundo Congreso de Pobreza y Desigualdad en Sanchayoj, Santiago del Estero. Una localidad de 7000 habitantes, fundamentalmente ganadera y agrícola, desde donde salen camiones llenos de soja y maíz. Hectáreas y hectáreas de tierra en manos de quienes se creen los dueño de la provincia. Mientras, la mayoría sobrevive y los salarios municipales  no supera los $8000.

En Sanchayoj escasea el agua y los compañeros pagan entre 600 y 800 pesos cada dos día para poder tener el agua, de mala calidad o contaminada, que utilizan. Lo que, sumado a las avionetas pasan fumigando los campos  con pesticidas, quizás explique el alto índice de discapacidad en la región y algunas de las enfermedades que padecen.

En este contexto de agrotóxicos y desigualdad, ahí estamos con CTA y la FeNaT cobijando nuestras esperanzas y sueños de justicia. Los compañeros de Crecer estuvieron meses preparando este encuentro, esperándonos con mucha alegría y ganas de compartir. Las penas sí, pero también lo que van logrando y mostrarnos también que algunos de esos sueños a veces, casi sin darse cuenta, se convierten en realidad.

Lo decimos con orgullo: Ahí crece la FeNaT, como crece en tantos rincones del país donde se juntan compañeros y compañeras para hablar de la realidad de nuestros territorios y organizarse para trabajar. En esos y esas compas, en sus sonrisas cuando comparten, hay chispa, voluntad de trabajo y dignidad. Como decía nuestro compañero secretario general, Omar Giuliani, “Este país, donde a una familia no le alcanza para comer y con millones de niños en la pobreza, no es el país que queremos».

Claramente no es  el país que queremos porque lo que queremos es dejar de discutir la pobreza y discutir la distribución de la riqueza. «Queremos vivir de nuestro trabajo», decían las cumpas. «Queremos un país con oportunidades para todes, que nos cobije y no que nos expulse», insisten tozudamente. Por ello es tan importante debatir el país  que queremos, que necesitamos y merecemos, para luego con ese acuerdo salir juntos y juntas a asumir el desafío de construirlo. La mayor unidad de la clase nos acerca a ese  desafío y fortalecer nuestra  identidad  de trabajadores nos muestra el camino. Dice Omar, «No hay acto pedagógico más transformador que la ternura y el abrazo».

Eso nos llevamos de este encuentro en Sanchayoj. Cada abrazo, cada sonrisa, cada mate compartido construye patria, construye solidaridad, construye una nueva humanidad. Es una nuestra como a partir de enfrentar las carencias cotidianas, con solidaridad, se construye organización popular y se hace posible lo imposible. No con héroes individuales sino con las y los héroes colectivos que abrazan a otras y otros cada día, en cada merendero, bachillerato, emprendimiento productivo o cooperativa y en miles que se organizan.

Y, bueno, para ser fieles a nuestros principios, después de tanto debate, la tarde termino entre locro , guiso bingo y chacarera.

FeNaT crece desde el pie. ¿ Si estamos apurados? Más bien estamos convencidos.

¡Con ternura venceremos!

 

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