El 3 de Junio del 2015 salimos a las calles mujeres de toda la Argentina, movilizamos con la sangre de nuestras hermanas en las manos; tuvimos que encontrar un día para visibilizar que cada 35 horas muere una mujer en Argentina.
El 2015 se transformó en hito mediante el cual pudimos expresar la indignación y el abandono social que vivimos las mujeres. No fue el comienzo de la masacre que año a año padecen las mujeres y disidencias, que la violencia estructural que termina en la muerte de personas no es más que parte del entramado social bien conocido como «patriarcado», un sistema a través del cual una parte ejerce poder sobre la otra, y la balanza de la desigualdad se acentúa en el machismo diario, que se paga con la vida; fue y sigue siendo el grito, una marca en la piel de las mujeres, que elegimos no callar más.
Las Juventudes de CTAA instalamos en nuestros debates, pero sobre todo en nuestra perspectiva de militancia concepciones en las cuales nos vemos reflejades entendiéndonos como parte del pueblo trabajador, y desde ese lugar nos transformamos en el fuego que arde en la noche cuando las pibas tienen miedo a volver a casa, en la voz de la trabajadora acosada, en la fuerza de la rebelión cuando quieren cortar nuestras alas, el abrazo de consuelo y el grito que auxilia.
Porque venimos de revolucionarias que nos enseñaron a soñar y a creer en nosotres mismes, pero las que no están, inevitablemente nos enseñaron a luchar y defender la vida de cada mujer como si fuera la nuestra.
Porque nos desentendemos de estar soles en el mundo, nos hermanamos en clase, en género, sabiendo que solo unides generamos la visibilidad y acciones directas sobre la problemática que implica la violencia machista.
Venimos a derrumbar las paredes que nos prohibieron pintar por las que ya no están, no seguiremos armando la sociedad sobre los pilares de la decidia.
Nos negamos a que las mujeres y disidencias sean productos de consumo, objetos reemplazables, que sufren violencia de cualquier tipo y/o la muerte.
«Ponemos cuerpo, palabra, banderas y carteles para decir que la violencia machista mata y no sólo cuando el corazón deja de latir. Porque la violencia machista también mata, lentamente, cuando coarta libertades, participación política y social, la chance de inventar otros mundos, otras comunidades, otros vínculos.
Cuando nos impone las tareas domésticas y de cuidado como si fuera un deber exclusivo y natural, mata nuestro tiempo.
Cuando nos niega la igualdad en los salarios aunque hagamos el mismo trabajo, mata nuestra autonomía.»
Fragmento del Manifiesto por el 3J #NiUnaMenos: (http://niunamenos.org.ar/quienes-somos/3-j/)
Hoy las Juventudes de CTAA nos unimos al #NiUnaMenos porque somos conscientes de que no podemos permitir que nos sigan desapareciendo pibas, que la lucha por la igualdad siga teniendo que llevarse a tribunales de justicia porque nos callan, nos invisibilizan, porque no podemos vivir en una sociedad que se sostiene con la muerte de más de 200 personas por año a causa de la violencia patriarcal. Hoy las Juventudes decimos ¡Basta! No somos les hijes de lo impuesto, venimos a desandar las «costumbres y tradiciones» que son violencia social.
Porque una sociedad donde las relaciones sociales se dan en soberanía de poder, es una sociedad donde las mujeres y disidencias pueden vivir libre y plenamente en el goce de derechos. Es una sociedad donde las relaciones equitativas conllevan a políticas de trabajo digno, donde la remuneración no esconde sesgos de género o etnia.
Desde esta perspectiva las Juventudes de CTAA nos movilizamos a militar activamente una central sindical donde las mujeres no teman participar en asambleas, donde se posicionen en puestos de dirigencia reinstalando el poder de su voz y su voto, y la esencialidad con la que transitan a diario en el Estado.
Reivindicamos la voz de las mujeres trabajadoras, en este mes que cumple con un nuevo aniversario de la conmemoración del Día de la Trabajadora estatal, repostulando que, “trabajadores somos todes” y que la pandemia invisible que se esconde en el velo del patriarcado no silenciará nuestro grito.
¡Porque vivas, libres, sin violencia y con trabajo digno nos queremos!