La mejor definición sobre su persona y su trascendencia como dirigente política la aportan compañeras y compañeros que trabajaban junto a ella todos los días: “Para nosotros era simplemente Tere, Madre numerosa, luchadora y compañera incondicional. Sumamente trabajadora, cocinera, chef profesional, costurera, artesana y todo lo que puedan imaginar. Llevó las banderas de lucha hasta el último suspiro, porque ella era eso: una defensora de derechos, una defensora de los más vulnerables. Aunque tuviera poco en su mesa, cobijó y brindó alimentos a quien se sentara a su mesa”, expresaron desde ATE Cañuelas.
Su organización de base fue el MTL, al cual reivindicaba en cada oportunidad que tenía de hacerlo. En el último tiempo, desde la FeNaT, Teresa impulsó emprendimientos textiles y gastronómicos para generar una posibilidad de trabajo en el territorio, y al comienzo de la pandemia fabricó junto a su compañero de vida Ramón y compañeras de la CTAA barbijos que fueron distribuidos en ollas populares, comedores y merenderos de las distintas regionales que integran la Central obrera a lo largo y ancho de toda la provincia.
Cualquiera sea el contexto de la charla, antes de despedirse siempre se interesaba por la situación de cada compañero o compañera y deseaba “bendiciones para toda la familia”.
Hoy nos toca despedir físicamente a una dirigente solidaria, emprendedora, sensible y comprometida, pero su legado militante estará siempre presente en la CTA Autónoma.
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