Si bien no se saben autores ni causas del repudiable hecho, está claro que se inscribe en la dinámica invivible de una ciudad donde las balaceras son moneda corriente.

Que los balazos se produzcan contra un sindicato, y uno que defiende los derechos de los trabajadores y trabajadoras con solidaridad de clase y coherencia histórica, atenta contra el mismo derecho a organizarse libremente y desarrollar actividad gremial.

Por eso, exigimos a los gobiernos provincial y municipal que garanticen el ejercicio de la actividad sindical y la seguridad personal de los dirigentes, sus afiliadas y afiliados y sus trabajadoras y trabajadores; y a al poder judicial que investigue para determinar la autoría material y, sobre todo, intelectual del ataque.

Asimismo, expresamos nuestra total solidaridad con este sindicato hermano y sus integrantes, con quienes compartimos luchas a diario. Estaremos en cada lugar y acompañando cada acción que lxs compañerxs dispongan.