El debate estuvo protagonizado por la investigadora del CONICET, Corina Rodríguez Enríquez; el precandidato a diputado nacional por Unidad Popular, Claudio Lozano; la secretaria General Adjunta de la CTAA, Claudia Baigorria y la secretaria de Género e Igualdad de Oportunidades de la Central, Silvia León, quien además ofició de moderadora.
Silvia León fue quien realizó la apertura con la pregunta que convocó al debate: ¿Es posible pensar el proyecto de país que soñamos y merecemos? En ese sentido, la dirigente consideró que el objetivo es “pensar juntos caminos de salida a una crisis local y mundial, agravada por la pandemia”.
“Queremos profundizar estos intercambios desde los feminismos que vamos gestando desde las calles y desde la producción de nuevos conocimientos y paradigmas.”, agregó.
A su turno, Claudia Baigorria comenzó saludando la iniciativa de debatir con una perspectiva distinta “en un contexto en el que todas las tareas de cuidado volvieron a caer en las mujeres mayormente, precarizadas, aún a pesar de la cantidad de avances que hemos logrado”.
“Necesitamos problematizar el lugar de la mujer en el actual desarrollo productivo, seguir pensando de qué hablamos cuando debatimos sobre soberanía, y sumar un poco más de la mirada feminista sobre la nueva dinámica de mercado”, concluyó Baigorria.
A su turno, Claudio Lozano expresó: “Hay una alerta que la pandemia pone sobre la humanidad y sobre nuestro país. Volvió a situar el papel del Estado haciéndose cargo del rol de cuidar la vida y protegerla de la crueldad de los negocios. Ese sería el primer eje, el Estado organizando lo común cuando el mercado no puede hacerlo”.
En ese sentido, Lozano, también director del Banco Nación, consideró que “la experiencia del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), con 13 millones de personas inscriptas, demostró la situación de vulnerabilidad que existe, poniendo en relieve la necesidad de un ingreso universal”.
Y remarcó: “Argentina padece desde hace 45 años una estrategia de desigualdad, motivada por las clases dominantes. Hay un deterioro económico y social, en simultáneo con un deterioro de nuestro ecosistema”.
Corina Rodríguez Enríquez señaló que “desde los feminismos, la pregunta que nos convoca se responde con la experiencia y la evidencia. Estamos ante un movimiento social, el feminismo, que nos permite soñar y empezar a construir. No solo podemos pensarlo, sino que ya lo estamos construyendo”.
“Desde las miradas feministas sostenemos que la pandemia visibilizó qué garantiza la sostenibilidad de la vida. La esencialidad en su justo término sobre el trabajo de cuidados ha quedado expuesta”, sostuvo la integrante del Centro Interdisciplinario para el Estudio de las Políticas Públicas.
Tanto Lozano como Rodríguez Enríquez coincidieron en que no hay manera de pensar otro modelo de país si no se replantean prácticas políticas que pongan en crisis la idea de la representación, permitiendo un sistema más democrático y participativo, que no represente los intereses corporativos, que fortalezca las instituciones, y le otorgue real importancia a la presencia del Estado.
A su vez, destacaron el documento sobre los aportes feministas para la producción, el trabajo y la soberanía, debatido y presentado por mujeres durante el año pasado.
“Los feminismos estamos construyendo disputas de sentido y de poder. El horizonte que nos plantea este debate es orientar nuestro camino a un modelo anticapitalista, antripatriarcal, anticolonial y antiextractivista, tal como lo plantea el documento”, sostuvo Corina Rodríguez Enríquez, y agregó: “Hay que estar alerta en qué medida hay que atender la emergencia, pero también en qué medida la tensión de la emergencia nos aleja de ese horizonte”.
“Es necesario poner en cuestión la transformación de las formas de consumir, producir, y por supuesto, la lógica extractivista y la defensa de los territorios”, agregó Lozano en la misma sintonía.
Por último, con relación al pago de la deuda, Rodríguez Enríquez hizo hincapié en el rol de las deudas domésticas como condicionantes de futuro: “La construcción de ese futuro tiene que estar en el centro de la sostenibilidad de la vida, repensar la noción de trabajo para que no sea alienante y funcional al capitalismo, y las cuestiones de emergencia, como la necesidad imperiosa de una vida libre de violencia hacia las mujeres y diversidades”.
El debate contó también con la presencia nutrida de compañeros y compañeras de todo el país que tuvieron la oportunidad de plantear sus interrogantes y conclusiones antes de finalizar el encuentro.
Además, a partir de los aportes conseguidos, se ratificó la necesidad de lograr una reforma judicial feminista y democrática.
Como conclusión, Silvia León consideró que “el rico debate al que asistimos abrió nuevos interrogantes y horizontes que dan aire a nuestra construcción política”.